Me besó. Después dejamos de hablar, era un placer sentir la noche de verano deslizarse sobre nuestros cuerpos, esos cuerpos que al amanecer estarían completamente disfrazados de amor.

El despertador se escuchaba sonar. Era tiempo de regresar con la fastidiosa rutina, solo pudo tomarla entre sus brazos y musitarle palabras al oido.

Sellaron aquél amor con un último beso y se marcharon a casa.

2 comentarios:

Marko dijo...

alooo!!

todo lo q escribes es de tu autoria?

esta padre!


si ya no me siento mal ya escribi otra pendejada en mi blog hahaha

saludo karen

saca la fiesta o algo


=)

Franelí dijo...

já, que genial, ahora podré ver tu otro lado, ahora en español :)